Conflicto Árabe-Israelí: La ocupación de los territorios Palestinos.

Desde tiempos inmemorables, la región del Cercano Oriente ha sido un crisol racial y cultural muy amplio. Sirios, medos, persas, filisteos, cananeos, egipcios, cartaginenses, árabes, samaritanos, judíos, otomanos, mongoles entre muchos otros, son innumerables los pueblos que en algún momento de la historia se han establecido en aquella región.

Actualmente, la región es una de las más conflictivas del mundo, la lucha entre el sionismo y el pueblo palestino han llevado a bárbaras escaladas de violencia en los últimos 70 años, violencia que ha costado la vida de miles de personas y ha afectado a varias otras millones. Desde la década de los 70s se han entablado reuniones y negociaciones para llegar a acuerdos que aseguren la paz en la región, sin embargo, el juego geopolítico de las potencias de turno, los extremismos religiosos y la necedad de algunos líderes ha generado el estancamiento de estas, y lo que es peor, ha llevado muchas veces al incremento de la espiral de terror.

Bajo la luz de la doctrina social, hemos elaborado un estudio riguroso, aunque basto debido al tiempo, con el ambicioso propósito de buscar alguna alternativa de solución al conflicto. Solución que involucra en todos sus aspectos los antecedentes históricos de la región y de las causales de inicio a las hostilidades.

En la época romana (Siglo II a.c.), la región comprendida entre el río Jordán y el mar mediterráneo, excluyendo el Sinaí, recibe el nombre de Palestina en referencia a los pueblos de mar, habitantes de la región, llamados pelesets. Palesets era el nombre que daban, los no nativos de la región, a toda la amalgama de pueblos inscritos en la zona. Desde el 135 d.c., por disposición del emperador Adriano, el área correspondiente a la provincia romana de Judea (compuesta por las antiguas Judea, Samaria, Galilea y Bathalea) recibía el nombre administrativo de Palestina. Desde aquel entonces hasta 1947, aquellos territorios fueron reconocidos con ese toponímico.

La historia del pueblo hebreo en la región surge con los primeros nómades en el siglo XXII a.c., se asentaron definitivamente en la región a mediados del siglo XVII a.c., llegando incluso a consolidar un reino unificado en el siglo XI antes de nuestra era. Luego de sufrir constantes invasiones por parte de los babilonios, los persas, los neo babilonios, nuevamente los persas y posteriormente los helénicos, el reino de Judea pierde su autonomía ante el poder de Roma en el 63 a.c. y su independencia en el 36 d.c., finalmente, fueron sometidos en el año 135 cuando el emperador Adriano, cansado de las rebeliones y promesas incumplidas del pueblo judío, decidió implantar la autoridad total imperial y crear la provincia de Syria palestinae.

La literatura ordinaria habla de un diáspora judía en aquel entonces, las investigaciones serias recientes basadas en censos y manuscritos de la época, demuestra que los judíos en efecto fueron prohibidos de asumir cargos o vivir en los centros de las ciudades, pero que jamás fueron expulsados. Muchos judíos se romanizaron y convivieron con el resto de pueblos que existían en las cercanías de la antigua Judea. Para evitar cualquier diferenciación entre los judíos y el resto de pobladores, todos los habitantes de la nueva provincia recibieron la dominación internacional y total común de palestinos. Dominación general que se mantuvo hasta el 14 de mayo de 1948.

La historia paralela entre los judíos y los palestinos tienen partida en este periodo. Luego de la creación de la provincia Syria Palestinae, una pequeña cantidad de judíos se aventuró a abandonar la antigua provincia de Judea, y una cantidad aún menor los límites del Imperio. La gran masa de judíos en Palestina aceptó la denominación de palestinos y la compartió con el resto de la población. Es importante recordar que para finales del siglo II de nuestra era, una gran mayoría de la población hebrea se había convertido al cristianismo.

La conversión al cristianismo de la población judía es un importante punto en la evaluación del conflicto árabe-israelí puesto que la uniformidad de la población nativa de Judea se divide en dos importantes grupos: Los judeocristianos que aceptan el término de palestinos, y la minoría nativa que práctica el judaísmo puro, u ortodoxo, y no lo aceptaban. Esta última minoría se distribuía entre aquella presente en la nueva provincia romana (30%), los judíos repartidos a lo largo del imperio (50%), y aquellos que decidieron escapar de este (20%). Luego del edicto de Milán, del de Tesalónica, la división del Imperio Romano, la caída de Occidente y las últimas invasiones persas, la población judía (los judeocristianos en este punto ya no son contados como tal) disminuyó a menos de la mitad en términos porcentuales. Las invasiones musulmana de Cercano Oriente contribuyó a mermar aún más estás cifras. Las conversiones al islam tanto desde el judaísmo y del cristianismo oriental fueron en grandes masas.

Durante los siglos VII y IX, el término ‘palestino’ se consolidó, y era común a todos los habitantes de esa tierra. Incluso los practicantes de otras religiones se referían a Jesús como Palestino, y el término judío pasó a ser nominal a todos aquellos que practicaban el judaísmo, indistintamente de sus orígenes. Cabe resaltar la importancia de estos hechos, pues es la interpretación del término ‘judío’ como ‘nativo de Judea’ la base del actual conflicto.

El término Palestino para referirse a los habitantes de la región de Cercano Oriente entre el Jordán y el Mediterráneo no varió durante los siguientes 1100 años. Incluso durante las invasiones cruzadas, los descendientes Europeos nacidos en la región recibían el gentilicio de palestinos y no de ‘judíos’.

Mientras tanto en Europa, luego de las invasiones bárbaras, el judaísmo perdió sus conexiones cercanas con la antigua Judea, según el ‘censo’ de Carlomagno, durante mediados del siglo IX, casi el 100% de judíos en el reino Carolingio tenían más de 15 generaciones de establecimiento en Europa. Se ve claramente que la designación del término de ‘judío’ se basaba netamente en la práctica de una religión y ya no más en una nacionalidad o territorialidad.

Mientras en Europa Occidental florecían los reinos cristianos, en África, Asia y Europa Oriental florecían algunos reinos judíos. El Imperio Jázaro, establecido en la actual Azerbaiyán, el sur de Ucrania y Rusia, adoptó el judaísmo como religión oficial e implantó la conversión casi obligatoria. A finales del siglo IX, los principados rusos y la expansión musulmana llevaron a la caída del Imperio Jázaro y la conversión de la población a la religión de sus vencedores (Tanto al Cristianismo Ortodoxo como al Islam) Los jázaros que decidieron mantener el judaísmo como religión recibieron el nombre de Judíos Askenazi, esto se dio debido a la relación que decían tener con Ashenaz del génesis de la biblia Hebrea. Los Askenazi, padres de los judíos Occidentales actuales, huyeron en grandes hordas hacia el occidente cristiano más tolerante (Europa Central). También florecieron comunidades judías en Etiopía, China y la India mediante un sistema de asentamiento parecido al Askenazi.

En los territorios árabes, los judíos gozaban de una protección especial. Considerados aliados de los musulmanes, el cristianismo en general (tanto el católico como el ortodoxo) los rechazaba. El marcado rechazo de los judíos hacia el cristianismo durante el medioevo era consecuencia de implicatorias teológicas. Los reinos cristianos reaccionaron según la moda de la época: Se decretaron persecuciones.

Las persecuciones sufridas por los practicantes del judaísmo durante el medioevo y la edad moderna carecían de componentes raciales, se basaba exclusivamente en cuestiones políticas y religiosas. Muchos judíos sorteaban estas mediante conversiones al cristianismo, ya sean falsas o sinceras. Durante la reconquista española se dio un plazo a los judíos para convertirse al cristianismo abandonar el reino. La inquisición tenía como objetivo a los falsos conversos.

En Palestina, luego de la expulsión de los cruzados y la conquista otomana, se llegó a un relativo estado de calma, los árabes, judíos y cristianos palestinos vivían en convivencia ordinaria y pacífica.

Durante el mismo periodo, la Europa del siglo XV y XVI era caótica: el bloqueo otomano, el descubrimiento de un nuevo continente, la división del cristianismo occidental y las guerras subsiguientes crearon un clima ideal para la persecución de los no cristianos. La Europa Oriental ortodoxa se convirtió en un primer atractivo foco de atracción para los judíos debido a la tolerancia multicultural que presentaban. En el imperio ruso se llegó a formar una de las comunidades judías más grandes del planeta.

La multidivisión del cristianismo protestante creo las bases del liberalismo contemporáneo y pareciese que los neo protestantes del siglo XVIII olvidara el anti judaísmo de Lutero y Calvino. Las comunidades judías pudieron florecer en el norte de Europa, principalmente en Alemania e Inglaterra. El termino anti-semitismo surge en este contexto, las nuevas sectas protestantes desarrollaron una fascinación por la literalidad absoluta de la biblia. Las comunidades judías, de las regiones hostiles a su presencia, usaron como argumento de solicitud de refugio el ‘ser perseguidos por ser descendientes del pueblo elegido de Dios, Israel’. La visión sesgada de los fundamentalistas protestantes, respecto al rol legítimo de la iglesia católica, llevó a que acogieran a aquellas comunidades en sus territorios como ‘víctimas del anti-semitismo de la gran ramera de Babilonia’. Al igual que la diferencia entre ‘judío’ y ‘nativo de Judea’ ha sido explicada, ahora podemos resaltar la diferencia entre ‘antisemita’ como ‘quien está en contra de los semitas o nativos de Judea’, y ‘anti judaico’ como ‘quien está en contra de los practicantes del judaísmo’. Entonces, el ser anti-semita no implica ser anti judáico, ni ser anti judáico implica ser anti-semita.

La comunidad judía no palestina tuvo un rápido crecimiento en occidente durante los siglos XVIII y XIX, así mismo, los comunidad judía palestina también experimento un desarrolló constante debido a la pacificación del cercano Oriente.

A pesar de todas las bondades del occidente liberal y protestante, las comunidades judías askenazi, y menor medida las sefardíes, no lograron identificarse o integrarse del todo con los países brindadores de cobijo. En los círculos intelectuales judíos en EE.UU. , Suiza y la Gran Bretaña, surgieron ideas respecto al derecho de tenencia de un estado propio para los practicantes del judaísmo. El sionismo es la ideología que rescata estos pensamientos. Basados en postulados bíblicos, muchos judíos, liderados en aquel entonces por Theodor Herzl, reclamaban la potestad divina para gobernar sobre los territorios de Palestina, según ellos su prometido hogar.

1870689649El clímax de este pedido alcanzó su plenitud con la declaración de Balfour, declaración por la cual Inglaterra fomentaría la creación de un hogar nacional Judío. El sionismo era impulsado en su mayoría por judíos askenazi, quienes, propiciaron las migraciones masivas de judíos desde cualquier parte del mundo hacia los territorios Palestinos. Los territorios palestinos se encontraban bajo ocupación Otomana.

En los últimos años de la Primera Gran Guerra, los británicos toman posesión de los territorios de Palestina y Jordania, y en 1922 crean el Mandato Británico en Palestina. Una vez iniciado el mandato en la década de los 20s, entablaron relaciones con la población y se negaron a seguir los acuerdos de la declaración de Balfour, sin embargo no detuvieron la afluencia de población judía no palestina hacía los territorios.

250px-BritishMandatePalestine1920David Ben Gurion, el padre del moderno estado de Israel organizó a la población judía recién asentada en Palestina. La ciudad de Tel Aviv tuvo un gran desarrollo como principal eje de ejecución del proyecto sionista. La Agencia Judía en Palestina fue la organización encargada de fomentar las migraciones desde cualquier parte del mundo. Pese a la invalidez legal de reclamo de las tierras, es sabido que lo palestinos no mostraron síntoma de rechazo por la llegada de judíos, sino, entre los palestinos no judíos surgió el rechazo a la migración debido a las prácticas de esta nueva población emigrada. Las llamadas al aislacionismo religioso de los líderes sionista fueron causa de las primeras fricciones entre los judíos no palestinos y el pueblo palestino en general. La Agencia Judía en Palestina entregaba territorios, que habían sido comprados a la autoridad británica, a los recién emigrados judíos con la condición que no fueran usadas por no judíos ni se empleara a la población local no judía en esas tierras. Se sabe que las primeras fricciones entre judíos Palestinos y judíos emigrados se debió a este factor, las nuevas políticas de la agencia judía hacia los palestinos no judíos creo en aquella población un sentimiento anti judáico y anti sionista. Las protestas árabes frente al creciente poder de la Agencia Judía en Palestina son muestra de ese descontento. Inglaterra prohibió la inmigración judía hacia los territorios de Palestina durante los años 30s, la prohibición se relajó durante la segunda guerra mundial y fue finalmente derogada por el nuevo estado hebreo en 1948.

El genocidio nazi de la población semita y judía exaltó a la comunidad internacional a favor de la causa sionista. Se difundió la idea que todo lo judío era semítico. Hitler, en efecto, presentaba un desprecio profundo hacia los judíos, considerándolos una raza inferior e inmunda, sin embargo, los científicos nazis no pudieron visualizar las claras diferencias expuestas en un principio. Los nazis, al igual que los protestantes, confundieron los conceptos de ‘semita’ y ‘judío’, y esa confusión bárbara contribuyó a la difusión de la siguiente confusión entre ‘judío’ y ‘nativo de Judea’.

Es correcto hablar de un genocidio nazi y no de un holocausto judío. Hablamos de un genocidio debido a la alta cantidad de muertos productos de la violencia nazi. En los campos de concentración no solo fueron asesinados judíos en el sentido claro de la palabra, sino también católicos, comunistas, homosexuales entre muchos otros. Aunque es cierto que fueron asesinados miles de europeos con ascendencia semita, vale aclarar que no todos los descendientes de semitas eran judíos, ni todos los judíos eran semitas. El genocidio nazi fue un acto de brutalidad pura, no era un acto de ofrenda ni de sacrificio místico como involucra usar el término ‘holocausto’.

El sionismo uso muy bien esta confusión de términos. Aunque es justo hablar de un estado en la que lo judíos pudieran habitar libremente, no se podía despojar a un pueblo de sus tierras para hacer justicia con otro.  La conmoción de la brutalidad nazi llevó a la asamblea general de las Naciones Unidas a aprobar una resolución mediante la cual se autoriza la creación de un estado hebreo en el Mandato de Palestina. La comprensible reacción inicial del pueblo palestino fue de rechazo total. Se podía recibir con beneplácito a los refugiados judíos, y se podría convivir con ellos en un estado aconfesional y tolerante como siempre lo ha sido la región desde la época romana pero, era inadmisible el aceptar la partición de territorios y la separación. Se produjeron numerosos levantamientos, levantamientos que fueron replegados brutalmente por la Hagana de Ben Gurion. La versión oficial del estado de Israel respecto a esa represión violenta es el señalar como responsables a desertores de la Hagana y las milicias hebreas. En todo caso, queda claro que radicales judíos cometieron crímenes de lesa humanidad contra población Palestina.

Estos actos llevaron a un rechazo total del sionismo, pero el sionismo creo la confusión en occidente al pretender crear una relación directa entre sionismo y judaísmo, y anti sionismo y anti semitismo. La oposición en oriente a la creación del estado de Israel fue considerado en Occidente una muestra de anti semitismo. La comunidad internacional se desatendió de los palestinos no hebreos de la zona, debido a la coyuntura internacional, y mostró su apoyo a la causa sionista.

La población Palestina entró en desesperación, ya que en los planes sionistas iniciales ellos no eran considerados como parte aceptable. El estado de Israel, aunque aconfesional, sería en la praxis un estado judío, y se centraría en las bases de la población judía emigrada de Europa y África. La escalada de violencia durante el 47 y el 48 llegaron a límites impensables. La muerte de un enviado de Naciones Unidas, y de militares británicos llevó al alto mando Inglés a decidir el término del mandato lo antes posible y rechazar todo pedido de colaborar en una transición de poder en conjunto con Naciones Unidas.

El 14 de Mayo de 1948, una vez declarado terminado el mandato británico en Palestina, los sionistas, al mando David Ben Gurion, proclamaron la independencia del Estado de Israel. Una vez proclamada esta independencia, la Hagana, ahora el nuevo ejército Israelí procedió a tomar posesión del resto de los territorios del mandato. Israel, en su carta de independencia definió como única referencia a su territorialidad ‘Erezt Israel’, esta acción significó una grave afrenta a los países árabes pues ‘Erezt Israel’ representa la totalidad del antiguo reino de Israel (Aquel que existió en el siglo X a.c.), reino que se asentaba en la totalidad de Palestina y parte de los territorios de la actual Siria, Líbano y Egipto.  La proclama de Israel fue considerada una amenaza de anexión. Esto generó que los jóvenes países árabes enviaron sus pequeñas y maltrechas tropas a las zonas correspondientes a los palestinos, ocupando así la Franja de Gaza, el Este de Jerusalén y Cisjordania. La comunidad internacional reconoció al nuevo estado de Israel el 11 de Mayo de 1949, los territorios que debían corresponder al estado de Palestina no fueron reconocidos como tal, sino, fueron repartidos dentro de la jurisdicción de Siria, Líbano y Jordania.

El repudio del pueblo árabe a la acción Israelí, y al respaldo internacional que occidente le brindó, fue total, muchos palestinos de los territorios ocupados huyeron frente al temor de la ocupación Israelí y dejaron atrás sus propiedades y bienes. De los cerca de 800mil refugiados al exterior, ninguno ha vuelto a casa hasta la fecha. Es cierto que durante la Primera guerra árabe-israelí el alto mando israelí intentó convencer a la población palestina no judía de no emigrar de Israel, sin embargo, es cierto también que los excesos de las tropas ordinarias de la Hagana, o de sus desertores, hicieron perder toda confianza en el gobierno hebreo y apresuró la huida de las poblaciones no judías de Palestina. La confusión generada en occidente por los sionistas respecto al antisemitismo y el anti sionismo llegó a surtir efecto incluso en Oriente medio. Las poblaciones de los países árabes iniciaron campañas contra las comunidades judías de las zonas. Las comunidades judías en los países árabes eran acusadas de estar a favor de la creación del estado de Israel y de esta forma traicionar la amistad que los había unido con sus protectores árabes durante más de 1000 años. Cerca de 600mil judíos abandonaron sus hogares en países árabes o musulmanes debido a las hostilidades exaltadas producto de la creación del estado de Israel.

Las importantes apreciaciones que podemos agregar en este punto son las siguientes: Primero, el conflicto árabe israelí no es un conflicto intereligioso de musulmanes contra judíos, ni de musulmanes contra cristianos. Es una lucha entre el sionismo fanático y la justicia implicada en el derecho internacional. Los crímenes ejecutados por la Alemania nazi sobre una importante parte de la población judía no significan motivo alguno para agraviar a otro pueblo en forma de resarcimiento. Segundo, no todos los judíos emigrados a Israel son semitas, sin embargo casi la totalidad de la población palestina lo es. Cuando se habla de palestinos se habla de la población judía, cristiana y musulmana originaria de la zona. Tercero,  el Islam no odia a occidente, el Islam condena el apañamiento de los crímenes del estado de Israel por parte de las potencias occidentales. Cuarto, la migración a los territorios palestinos de comunidades judías es un acto válido pero, no puede considerarse válido la ocupación de los territorios palestinos y la instalación de un poder central controlado por inmigrante que dejan de lado a la población local. Finalmente, que el significado del término palestino para fines de política y derecho internacional, desde el 14 de Mayo de 1948, hace referencia a los naturales de palestina que no practiquen el judaísmo.

Los eventos consiguientes a la fundación del estado de Israel fueron el estallido de tres guerra formales (La del 48, la del 67 y la de Yom Kipur en el 74) y de múltiples intervenciones por parte del estado hebreo en las vecinas Siria y Líbano. Desde la guerra de los seis días y la ocupación de Transjordania y la Franja de Gaza la resistencia palestina cobró un rápido crecimiento y recrudecimiento. Los abusos por parte del gobierno Israelí a las poblaciones no judías de aquellos territorios llevaron a la creación de Fatah, liderado por Yasir Arafat, un grupo secular formado por jóvenes palestino refugiados en distintos países árabes. El objetivo de Fatah era entablar una resistencia armada contra la ocupación sionista y luchar por la liberación de los territorios Palestinos. Las primeras acciones de Fatah llegaron a ser consideradas terroristas en algún momento, pero, ayudaron al mundo a recordar la causa Palestina. La fama de Fatah se incrementó rápidamente, incluso a tal nivel que el rey Hussein de Jordania le ofreció el puesto de primer ministro de Jordania, y en Egipto fue declarado líder de Organismo para la Liberación de Palestina u OLP. Arafat no aceptó el cargo de primer ministro de Jordania argumentando que tenía un deber sagrado con el pueblo palestino y la construcción de un estado para ellos.

El reconocimiento de la OLP como represéntate del pueblo palestino ante las naciones Unidas en 1974, y su admisión en la Liga Árabe en 1976 fueron importantes reivindicaciones para el pueblo palestino. El trabajo diplomático de Yasir Arafat llevó a que en 1988 proclamara simbólicamente la creación del estado Palestino, estado que consideraba como sus territorios a los territorios ocupados de Gaza y Palestina.  El reconocimiento del estado de Israel por parte de los palestinos no judíos fue una importante muestra del no anti judaísmo del palestino medio. Este reconocimiento llevaron a la Paz de Oslo en 1993 que dieron el premio nobel de la paz a Yasir Arafat e Isaac Rabin. El fanatismo de algunos sectores de la comunidad judía y el extremismo de unos pocos palestinos musulmanes llevó al truncamiento del proceso de paz. Isaac Rabin fue considerado un traidor por los judíos ortodoxos, siendo un radical judío quien terminó con su vida. Esto demuestra que no todos los ciudadanos judíos del estado de Israel están a favor de la política sionista, y ni que todos los judíos del estado de Israel desean verdaderamente la paz. En el bando palestino ocurría, exactamente, algo análogo. No todos los palestinos, aunque un porcentaje reducido, estaban de acuerdo con el reconocimiento del estado de Israel.

Mientras Arafat conseguía logros diplomáticos en el extranjero y la opinión interna dentro de Israel se movía hacía el camino de un reconocimiento de la dignidad de los no palestinos en los territorios ocupados, el gobierno del estado de Israel, empoderado en aquel entonces en sionistas ultraconservador, siguió cometiendo actos violentos que llevaron a la declaración de la primera intifada. La intifada, o resistencia, fue un movimiento de protesta contra el gobierno opresor, miles de personas salieron a las calles a protestar con palos y piedras. Los manifestantes fueron reducidos mediante el uso del fuego a discreción. Miles de palestinos cayeron abatidos a manos de la Hagana y la policía. Esta represión motivó a la práctica de atentados terroristas que costaron la vida a cientos de ciudadanos israelíes. Otros actos como el asentamiento de colonos en las zonas palestinas ocupadas, la destrucción de viviendas de palestinos, los arrestos ni ordenanza judicial y los asesinatos selectivos, fueron causales para el surgimiento de movimientos como como Hamas y La Jihad Islámica.

El extremismo religioso empieza a jugar un papel importante, el sionismo como representante del judaísmo radical, y los grupos terroristas islámicos que gratuitamente asumieron la causa palestina. La diferencia entre el extremismo judío y el extremismo musulmán radica que mientras el primero era protegido e incluso promocionado por algunos líderes políticos del estado de Israel bajo el pretexto de medidas para la garantía de la existencia del estado, los segundos eran repudiados por la OLP y sus líderes políticos, pues, eran conscientes que la presencia de estos grupos solo reafirmaban la historia vendida por el sionismo a occidente: La amenaza constante a la existencia del estado de Israel. Es importante recalcar que el estado de Israel nunca ha estado en peligro de desaparecer, pese a las invasiones o ataques árabes, Israel siempre ha poseído capacidad superior práctica y teórica frente a sus ‘enemigos’. El mensaje de advertencia sobre la posible ‘exterminación’ del estado de Israel, desde nuestro punto de vista, puede ser considerado una estrategia inocente para evitar llamar la atención internacional sobre la cuestión palestina y la ocupación de Gaza y Cisjordania.

Las provocaciones entre grupos extremistas eran una constante para fines del siglo XX, los judíos ortodoxos eran conocidos por sus instigaciones, y los musulmanes fundamentalistas por sus violentas reacciones. El incidente de la mezquita de Al-asha fue una muestra clara de esto, generando así el estallido de la segunda intifada. La reocupación de las zonas palestinas liberadas por los acuerdos de Oslo, el uso de armas prohibidas contra la población civil, la construcción de nuevos asentamientos judíos en Cisjordania, la muerte dudosa de Yasir Arafat, al construcción del muro del Apartheid hebreo (o de ‘seguridad’ como es llamado por el gobierno Israelí), y el aumento de arrestos y asesinatos arbitrarios, llevaron a un incremento de la popularidad de los grupos palestinos extremistas y una escalada de la violencia en la región sin precedentes.

IsraelTank-1024x668Las invasiones de Afganistán e Iraq distrajeron la atención internacional del nuevo conflicto en Palestina, sin embargo, los horrores de aquella espiral fueron tan notorios que la comunidad internacional ya no pudo cegar. En los últimos años, la Unión Europea, EE.UU. (Principal aliado de Israel) y Rusia han hecho llamados a Israel para que reconozco el establecimiento de un estado Palestino Independiente. La respuesta del gobierno ha sido ignorar esos llamados y seguir con el proyecto sionista de la reconstrucción de ‘Erezt Israel’ en las bases de un antiguo reino del siglo X a.c., y la búsqueda de excusas para detener toda negoción, o en el mejor de los casos evitarlas.

Como hemos podido apreciar, la problemática de esta cuestión se enfatiza en la falta de voluntad política de sus líderes y los fundamentalismos que han existido y existen en ambos bandos. Durante muchos años, el estado de Israel siempre ha colocado como argumento al no diálogo por la paz la insurgencia y violencia presente en las zonas palestinas. Recientemente, hemos obtenido información fidedigna y confiable que el gobierno palestino con sede en Ramala, liderado por el presidente Mahmud Abás, ha logrado llegar a importantes acuerdos con las facciones más radicales de Hamas y los Jihadistas, quienes, en su mayoría, han comprendido que la mejor alternativa para la paz es la unidad aconfesional de los palestinos.


Actualmente, como hemos observado en las anotaciones anteriores, ya no podemos hablar de palestinos como un general de la población de la región en trato, sino, se habla de palestinos cuando nos referimos a los árabes israelíes y a los residentes de Cisjordania y Gaza, además de los refugiados, de origen palestino legítimo, residentes en el extranjero. Es por todas las explicaciones anteriores que podemos concluir que la idea romántica de construir un nuevo estado único en las tierras de la Palestina geográfica, sería descabellada.

La violencia no puede ser usada como arma política de negociación. La paz es la circunstancia obtenido de la práctica de las virtudes de la justicia, la tolerancia, la subsidiaridad y la prudencia.  Sí que busca lograr la paz, no se puede usar a la religión como excusa para justificar las injusticias, los crimines o incitar a cualquier acto violento en general

No podemos hablar de justa defensa por parte del estado de Israel si es que quienes los atacan son miembros de una comunidad oprimida. Ni podemos hablar de un derecho legítimo sobre la tierra, ya que, si nos basamos en las palabras literales del antiguo testamento, los territorios palestinos son herencia de todo el pueblo de Israel, entendiendo a Israel como a los miembros del estado semita y nativos de las regiones de Samaria, Judea, Bathalea y alrededores. Si asumimos la literalidad del texto bíblico, encontramos que la alianza de Dios no es específicamente con el judaísmo, sino, con los descendientes de Jacob, y como observamos al principio de este texto, los descendientes de Jacob actualmente se encuentran repartidos entre practicantes de diferentes creencias. Además, sabemos que no todos los judíos tienen necesariamente alguna relación directa con las antiguas poblaciones judías.

Aunque los anteriores supuestos sustentan el llamar a la ocupación de Palestina ‘ilegal’ y a la creación del Estado de Israel de ‘ilegitimita’, también es una verdad que en actualidad hay más de cinco millones de judíos ciudadanos israelíes, residentes en la región, descendientes de inmigrantes de todas partes del mundo. Es por ello, que siguiendo el concepto de reconocimiento de la dignidad de los seres humanos, el considerar expulsarlas de las tierras palestinas sería generar una catástrofe humanitaria aún mayor que la causada por el sionismo en contra del pueblo palestino.

En el nuevo contexto, generado por todas las anteriores modificaciones geopolíticas y migratorias, es la realidad sobre la cual deben estudiarse todas las soluciones. Las soluciones al conflicto árabe-israelí, además de basarse en la justicia histórica, debe basarse en la justicia presente y la búsqueda del bien común. Caer en el facilismo de la justicia histórica, es decir, el postular soluciones como la expulsión de los judíos inmigrantes o la aniquilación del estado de Israel, sería caer en el mismo error irracional del sionismo extremista.

Son los enunciados anteriores los que sostienen la consideración de las siguientes propuestas como alternativa de  solución definitiva al conflicto árabe-israelí y la ocupación de los territorios palestinos:

a) La creación de dos estados independientes según los límites de 1967: El reconocimiento del estado Palestino como un estado independiente permitirá una correcta administración económica, política y territorial. La existencia de una autoridad nacional Palestina permitirá crear los mecanismos adecuados que aseguren la seguridad sobre el territorio nacional, y sobre todo, garantice el control fronterizo y la correcta administración y distribución de recursos naturales.  La definición clara y cartográfica de límites y fronteras podría evitar cualquier futuro mal entendido.

El reconocimiento de un estado palestino, basado en las fronteras del 4 de Junio de 1967, implica así mismo el reconocimiento del Estado de Israel por parte de la población palestina y del resto de la comunidad internacional que aún considera ilegítima su existencia.

Se entiende que para proceder a la creación del Estado de Palestina, se tendría que desocupar las regiones ocupadas, derribar las edificaciones ilegales (Como el muro de ‘seguridad’, los controles de seguridad del ejército, etc.) y entregar el poder total y administrativo de un territorio continuo a las autoridades Palestina (Control terrestre, aéreo y marítimo). Los asentamientos hebreos ya construidos no deben ser considerados ilegales, muy al contrario, deben ser incorporados a las metrópolis palestinas. Sin embargo, los nuevos asentamientos en construcción si deberían ser abandonados y demolidos, o entregados al control del nuevo gobierno soberano palestino.

Así mismo, aquellos prisioneros que origen palestino que se encuentren bajo jurisdicción Israelí, deberá ser juzgados por tribunales civiles, y de no encontrarse pruebas de falta o crimen, deberán ser conducidos en libertad a los territorios que se crean convenientes.

Permitir el retorno de refugiados palestinos a sus ciudades de origen, si es que fuera posible no causar una emergencia humanitaria. Crear una comisión conjunta entre los dos estados que se encarguen de seleccionar técnicamente a los candidatos idóneos. En caso estos lugares, de justo retorno de las poblaciones exiliadas, se encuentren ocupados por nuevos asentamientos, crear algún tipo de indemnización en base al cálculo de valor del año de desocupación (Valor que deberá ser transferido al valor presente). Estas indemnizaciones permitirán el establecimiento definitivo de los refugiados en sus países receptores o, de ser el deseo de ellos, en algún nuevo lugar en el Estado Palestino.

El permitir la anterior medida, podría ayudar a crear las condiciones diplomáticas necesarios para recrear este mismo proceso en países árabes con población nativa judía refugiada en Israel.

b) La nacionalización de la totalidad de población existente en sendos estados: Una vez creado ambos estados independientes, entregar la correspondiente nacionalidad a todos los pobladores de sendos territorios, sin importar la raza, la edad, el sexo o el credo. Incorporarlos como ciudadanos bajo los principios de la declaración de la carta de derechos humanos. No evitar la adquisición de dobles nacionalidades ni la posibilidad de migración voluntaria acordada (Judíos Palestinos a Israel, o ciudadanos israelíes no judíos al nuevo Estado de Palestina)

c) Declaración de universalidad territorial del Área metropolitana de Jerusalén: La ciudad de Jerusalén, al ser una ciudad de gran diversidad e importancia para muchas de las grandes religiones y culturas, debería ser administrativamente autónoma, económicamente dependiente de los dos estados circundantes, y bajo la protección, seguridad y supervisión de las Naciones Unidas. Estas medidas implican la retirada o demolición de toda estructura que se oponga a estos términos. No debe ser considerada territorio de ejercicio de soberanía por ninguna de las dos naciones. Ambos estados podrán asumir como ciudades capitales cualquier ciudad bajo la soberanía de sus jurisdicciones.

d) Desmilitarización de la zona: Creación de un pequeño ejército nacional Palestino, además de la policía regular, que ayude a mantener el orden interno en los territorios soberanos. Disminución de la capacidad ofensiva del ejército israelí y desnuclearización de la zona.

e) Implantación de constituciones aconfesionales: Se recomendaría que ambos estados adopten constituciones aconfesionales que permitan le libre ejercicio de cualquier creencia y la no injerencia del estado en asuntos religiosos. Esto permitirá que se viva una religiosidad sin vicios políticos, ni tampoco una política teocralizada.

f) Acuerdos culturales e históricos: Establecer una versión común, oficial y verídica de los hechos pasados que permitan comprender el pretérito para vivir correctamente el presente y buscar un mejor futuro. El que una nación acepte su historia con veracidad es una prueba tangible del futuro prometedor que le depone, y del gran crecimiento cívico que le corresponderá por asumir con virtualidad el impacto de sus actos.

Como hemos podido apreciar, las condiciones para lograr una paz en Cercano Oriente son relativamente sencillas y prácticas. Entre los principales obstáculos para alcanzarla tenemos principalmente la falta de voluntad política de las partes, además, de un alto grado de sentimentalismo al respecto. En asuntos tan delicados como es la garantía de la estabilidad de una región para dar las condiciones mínimas que permitan el mantenimiento de la vida, es necesario anteponer la racionalidad y actuar por motivos trascendentes. Esta es la única forma en la cual la cooperación entre palestinos e israelíes podrá ser eficaz, atractiva y generadora de unidad.

APTOPIX Vatican Midea_Vros (3)No permitamos que motivaciones espontáneas nos aparten del camino, y nos lleven por los caminos equivocados del apañamiento o el extremismo. Judíos o cristianos, musulmanes o ateas, recordemos que todos, finalmente, somos personas, y como seres racionales que nos llamamos civilizados debemos buscar la paz.

La paz es la excepción del caos, pero no es mediante la negación del caos que la paz será aceptada. Solo la lucha y la perseverancia podrán llevarnos a donde la luz de Cristo nos llama: hacia la plenitud y su reino.

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Written by: Manuel Arturo D’Marreros-y Campumana y Paolo Diego Chávez González del Riego.

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Grupo de Investigación conformado por Manuel Arturo D'Marreros y Campumana, y Paolo Diego Chávez González del Riego.
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6 respuestas a Conflicto Árabe-Israelí: La ocupación de los territorios Palestinos.

  1. ds16udep dijo:

    Me parece que están obviando que el pensamiento dogmático religioso es una causa sumamente importante de este conflicto. El conflicto de Palestina no es «arreligioso» en absoluto. Si bien es cierto que hay causas geopolíticas y económicas involucradas, este conflicto no hubiera ocurrido si la población estuviera compuesta en su mayoría por personas racionales con valores de la ilustración moderna. Plantear que instituir el reino de Jesús es la solución a este problema no me parece una alternativa válida, puesto que solo contribuye a aumentar el grado en el que diversos dogmas están involucrados en el conflicto.

    Un saludo,

    Sebastián Sardón

    • ds6udep dijo:

      Apreciamos el contenido de tu comentario, lastimosamente, nos surgen algunas dudas sobre si has completamente leído el artículo En ningún momento afirmamos que sea un conflicto en que la religión no esté involucrado, al contrario, mencionamos que es un factor importante, aunque no el principal. Rescatamos que no es el el ‘dogmatismo religioso’ (como tú lo haz llamado) la causa principal de este conflicto. La ilustración moderna nos lleva a ver más allá de lo meramente evidente, y culpar a la religión de todos los problemas es caer en el empirismo primitivo. Recordemos que la atea Unión Soviética y la China Maoísta asesinaron a cerca de 200 millones de personas. Finalmente, regresando a la cuestión tratada en este asunto, en ningún momento proponemos que el ‘Reino de los cielos’ sea la solución, Las soluciones son explicadas en seis puntos basados en análisis netamente científicos y racionales.

      Saludos para ti.

      Manuel D’Marreros
      Paolo Chávez

  2. ds29udep dijo:

    Los conceptos claro, la historia determinante y bastante reveladora. No tengo nada que preguntar por lo claro y directo que es este post. Felicidades.

  3. Ana Felberg dijo:

    Los jasaro se convierten al judaismo,pero no todo el imperio jazaro, sino las gentes de la elite.Para ese entonces la juderia askenazi,es decir judios del centro y este de Europa,ya hacia siglos que existia.La conversion de los jasaros tuvo segun algunos autores un sentido economico y politico,porque les permitia realizar relaciones comerciales con la europa del centro,cristriana que estaba en concflicto con Islam.Los judios realizaban las tareas de recaudacion de impuestos,ttasas etc,que no realizaban los estados cristianos,en manos de la nobleza,pues el noble no debia «rebajarse» en cuestiones de dineros,,si recibirlos,o usarlos, pero no trabajarlo.(eso es lo que en una clase de historia del medioevo fue explicado por un profesor de historia de la Universidad de Cordoba Argentina ,catolico,y practicante, en mi epoca de estudiante)El estado jazaro,debia ser o cristiano o judio,opto por el judaismo,porque le fue o comodo o se convencio que entre el sacerdote y el rabino que fueron llamados por el rey Jazaro a una discucion religiosa,la exposicion rabinica fue mas convincente,.Lo que se dice todo fue casualidad de la historia.Si apote algo me alegro.Ana
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